domingo, 29 de noviembre de 2015

La danza, inspiración para las artes visuales


“Todo en el Universo tiene ritmo. todo danza.”  Maya Angelou

La danza ha acompañado a la humanidad desde que los primeros habitantes del planeta tuvieron la necesidad de expresar con su cuerpo su relación con las fuerzas del universo, en las danzas rituales por ejemplo el cuerpo cumple con una función mística a partir del movimiento.

El cuerpo habla con su propio lenguaje, generando una interacción social a través de las extremidades, pero durante la danza esa pasión se desborda rompiendo los límites, abandona el cuerpo y llega hasta el alma del espectador. La danza es elegancia, libertad, la búsqueda constante de la sincronía y el equilibrio que nos permita relacionarnos con nuestra más íntima naturaleza expresiva.

Los bailarines en el escenario se transforman en misterios, personajes fuera del mundo terrenal que parecen elevarse en el aire rozando la música con sus pies y manos, la pasión y la técnica expresan lo que las palabras no consiguen decir, es por ello un arte que comunica. Bailar es disfrutar ser uno mismo, gozar la presencia y el movimiento siendo conscientes de que somos más que un cuerpo. Durante ese instante tú eres la danza, tú eres la música.

La danza de Henri Matisse
“La danza”, Henri Matisse

Cuando la danza se convierte en la musa de inspiración para los artistas visuales, sus pinceles y pasteles plasman la efímera e inmaterial esencia de un arte escénica en lienzos y fotografías. Los artistas que se presentan a continuación son conocidos en la historia del arte por haber creado obras de arte en las que se fusiona el movimiento puro con la inmortalización del instante.

Edgar Degas 
Degas es considerado uno de los padres del impresionismo por el manejo de la luz en sus obras, aunque él se definía como un realista que plasmaba las costumbres y pasatiempos de la vida parisina. Así conoció el ballet, por ser la disciplina artística que las mujeres de su sociedad practicaban casi como tradición desde su florecimiento en la corte de Francia durante el reinado de Luis XIV. Degas, cautivado por este mundo de disciplina, zapatillas y salones de espejos, plasmó la delicadeza del ballet con sus colores pasteles; todo el universo de esta danza clásica está presente en su obra pictórica y escultórica, desde los ensayos hasta la magia de estar en el escenario.


Bailarina de Degas



Bailarina de Degas



Henri de Toulouse- Lautrec
Su trabajo en las artes visuales nació de la observación en los burdeles y tabernas de la vida nocturna en París durante el siglo XIX. Toulouse- Lautrec convivió con las bailarinas de can can del popular “Moulin Rouge”, donde retrató también a las estrellas de los espectáculos de cabaret en los carteles que anunciaban la vida bohemia de cada noche. Su estética posimpresionista captura la sensualidad y lo prohibido de las danzas de cabaret.

Cartel baIilarinas can can de Toulouse-Lautrec

Marcelle lender de Toulouse-Lautrec


Auguste Rodin
El dibujante es su faceta menos conocida y explorada del famoso escultor quien después de sus sesenta años realizaba al menos un dibujo al día concentrándose en los estudios de representación del movimiento en la silueta expresiva de sus trazos. Su estética retomaba las formas primitivas con acuarelas y tinta, su inspiración fue la danzas y la cultura oriental a raíz de que conoció a la bailarina japonesa Hanako, quien fue su modelo durante muchos años. Pero sobre todo, su creación cambió después de que observó a un grupo de bailarinas camboyanas, hecho que a sus ojos resultó místico y de un expresionismo único y visceral.

Auguste Rodin dibujo Bailarinas Camboyanas

Auguste Rodin escultura movimiento de danza


Gino Severini
Severini fue un pintor italiano, al ser un pilar del futurismo le apasionaba la búsqueda de  la belleza en la velocidad. Los movimientos de las bailarinas se convirtieron en una de sus fuentes de inspiración por la fuerza que desbordaba cada uno de sus movimientos, la energía del baile y la turbulencia que dejaban a su paso. En sus obras es notoria la influencia de la abstracción cubista de las formas para expresar los compases y el ritmo de la danza. Su interés por el mundo del movimiento, el teatro y la vida nocturna quedaron plasmados en obras como “Bailarina en azul”, un óleo sobre tela al que agregó lentejuelas, pues la pintura ya no bastaba para representar el brillo y la intensidad de la dinámica propia de una bailarina.


Gino Severini Bailarina Azul

Gino Severini Bailarina

Pablo Picasso
El máximo representante del cubismo también se dejó seducir por la danza, pero no lo hizo de forma realista sino como una metáfora para la pasión desmedida en la obra Las tres bailarinas, que muchos historiadores del arte aseguran que es una referencia al triángulo amoroso que Picasso descubrió entre su esposa, la bailarina rusa Olga Koklova, un pintor amigo del cubista y el propio pintor. Otra versión afirma que en Las bailarinas, Picasso retrató los monstruos femeninos que terminan con la libertad de los hombres.

La danza de Pablo Picasso


Pierre Elie de Pibrac
A través de sus series fotográficas, este artista francés contempla el universo de la danza desde diferentes perspectivas. En su serie: Catarsis, captura la energía que los bailarines contagian  en los espacios donde se desenvuelven, revela con una imagen los colores de las emociones y sentimientos que la danza libera en el escenario, lo que no es visible normalmente ante la cámara y el público, y derrama esa fuerza que asemeja un aura, el aura de danzar.

Pierre Elie de Pibrac explora el poder del ballet con ángulos diferentes, aprovechando las posibilidades que la fotografía otorga a su genio creativo. En Analogia abordó la relación entre los bailarines y los espacios donde se desenvuelven, enfatizando la belleza de las construcciones como el escenario de la danza más allá del telón. La fragilidad de los danzantes es puesta en duda al observarlos desafiar e invadir la arquitectura y los interiores del teatro, como presencias congeladas en el tiempo.



Pierre Elie de Pibrac Fotografía

Pierre Elie de Pibrac Fotografía

Pierre Elie de Pibrac Fotografía


Su lente nos da acceso también al mundo que se esconde tras bambalinas, los camerinos donde la transformación late en cada uno de los personajes. Durante un año se dedicó a fotografiar los ensayos del Ballet de la Ópera de París para crear la serie Confidences, testigo del dolor, la fuerza y la disciplina que exige dominar el cuerpo y la mente.



Anna Razumovskaya 
Es una artista rusa representante del romanticismo pictórico en el arte contemporáneo, la expresividad del color en su pintura transmite los gestos y posturas del flamenco con la intensidad de una de las danzas más provocativas y dominantes. Sus obras exaltan la sensualidad del carácter y el ritmo de las bailarinas, su trabajo es una poesía de pinceladas cálidas en atmósferas borrosas del momento preciso en el que el resto del mundo desaparece y sólo existen la música y el alma en movimiento.

Anna Razumovskaya Bailarina

Anna Razumovskaya Bailarina

Anna Razumovskaya Bailarina


Heather Hansen
La danza protagoniza el lienzo de esta artista contemporánea cuyo trabajo plasma el movimiento puro, la expresión del cuerpo desde la intimidad. Hansen se relaciona con el ritmo del baile a través de performances en los que la creación ocurre mientras baila con carboncillos en sus pies y manos, mientras el compás de sus movimientos queda registrado en una tela de grandes dimensiones, convirtiéndolo en el lienzo de su propia presencia, el registro de ella misma. Heather Hansen ha logrado dibujar la danza.

Heather Hansen Dibujo Danza

Heather Hansen Dibujo Danza



Las artes son la máxima expresión del ser humano. Pintura, escultura, danza, literatura, música… todas conviven y se relacionan para liberar nuestro espíritu en una multitud de formas, colores y armonías. La danza es el diálogo del cuerpo que se materializa en pinturas, esculturas y fotografías sin perder la esencia de ser un arte que se mide en segundos y latidos del alma.

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miércoles, 25 de noviembre de 2015

Leonora Carrington, la última surrealista

Nació el 6 de abril de 1917, en Chorley, Lancashire, Inglaterra.
Ingresó en 1936 en la Academia Ozenfant de Arte, en Londres, y el año siguiente conoció a Max Ernst que la introdujo en el movimiento surrealista que estaba empezando a bullir en París, comenzando ya instalados en la capital francesa, una relación amorosa, ella sólo contaba con 20 años de edad y él 47, relación que sólo duraría un año.
Entabló pronto amistad con Joan MiróAndré Breton y otros artistas con los que compartió las celebres reuniones del Cafè “Les Deux Magots”, entre ellos se encontraban también Pablo Picasso y Salvador Dalí.
Durante la azarosa época de la Segunda Guerra Mundial,  colaboró de forma  activa con el Kunstler Bund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas
En septiembre de 1939,  Max Ernst fue declarado enemigo del régimen de Vichy, siendo detenido y hecho prisionero en el campo de Les Milles, Leonora sufre una profunda afectación psíquica, y se ve además obligada a huir a España.
Gracias a las gestiones realizadas por su padre es internada en un hospital psiquiátrico de Santander. De este período la pintora guardaría una marca indeleble, que afectó de manera decisiva su obra posterior.
En 1941 huye del hospital y logra llegar a Lisboa, refugiándose  en la embajada de México. Allí conoce al escritor Renato Leduc, que la ayuda a emigrar; ese mismo año se casan Leonora y  viajan a Nueva York. En 1942 se traslada a México y en 1943 se divorcia de Renato Leduc.
En México se reencuentra con sus viejos amigos también exiliados André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen y la pintora Remedios Varo, con la que entablaría una gran amistad.
Tras nacionalizarse en el país,  gana el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en  2005.
Falleció a los 94 años en la Ciudad de México el 25 de mayo del 2011.
Por http://trianarts.com/

Las ilustraciones de Zelda Fitzgerald que reflejaban su estado mental

Zelda Sayre y Francis Scott Fitzgerald quizá sean una de las parejas artísticas más importantes de todos los tiempos. Su amor era un romance hermoso y escabroso, en el que nunca había un punto intermedio. Había días en los que florecía y se amaban como parece imposible hacerlo pero había otros en los que se detestaban a muerte y con rencor.
Zelda, igual que Scott, escribía cuentos y cartas; realizó una novela autobiográfica titulada Resérvame el vals, en la que se observa un gran talento literario. De joven siempre quiso ser bailarina pero lo dejó, cuando creció intentó retomarlo pero no tuvo gran éxito. Zelda vivía obsesionada con su nueva pasión y, mientras vivía en Europa, intentaba hacer que ésta rindiera frutos.


Puppeufee (The Circus) Zelda fitzgerald


Puppeufee (The Circus)

Cuando Zelda publicó su novela, Scott se indignó al descubrir que su esposa se había basado en sus vidas para su trabajo literario. Por lo que, según su nieta Eleanor Lanahan, Zelda debió borrar los párrafos que Scott solicitó.

Aunque Zelda es recordada como una gran escritora y una naciente bailarina, la realidad es que también fue una gran ilustradora y pintora. Era una gran artista, brillante y dotada con mucho talento. Ella lo sabía y, aunque no es muy conocida por esto, hizo trabajos de ilustración que  sirvieron para darle vida a las páginas de novelas hoy clásicas, de escritores como Tolkien, Sylvia Plath, las ilustraciones de la época del Jazz en los textos de William Faulkner y sus creaciones caricaturescas en la obra de Flannery O’ Connor.

Marriage at Cana Zelda Fitzgerald
Marriage at Cana
Muchas de sus pinturas habían sido exhibidas en 1924 pero la respuesta del público la decepcionó. El único periódico que habló de sus pinturas fue The New Yorker y lo hizo escuetamente diciendo que eran “pinturas hechas por la casi mística Zelda Fitzgerald; con algunos matices emocionales o asociaciones de la tan llamada Era del Jazz”.


Zelda continuó sus ilustraciones, aunque lo hizo en un ambiente más privado. Muchas veces recluida en los sanatorios que visitaba, sobre todo en el Hospital Highland de Asheville, Carolina del Norte. En sus obras se refleja la tensión que formaba parte de su vida prácticamente todo el tiempo. Pasó sus últimos años trabajando en su segunda novela –la cual nunca completó– y pintando.

Los jardines del Panteón de Luxemburgo Zelda Fitzgerald
Los jardines del Panteón de Luxemburgo

El libro Zelda: una vida ilustrada, el mundo privado de Zelda Fitzgerald hizo una recopilación de 140 ilustraciones y 80 pinturas de Zelda en los últimos años de su vida: los 30 y 40. Fueron compiladas por su nieta Eleanor Lanahan, quien se dedica a escribir y es directora de cine.
Sus pinturas psicodélicas son un reflejo de alegorías bíblicas que hizo no sólo para los libros de los grandes escritores, sino también un regalo para su hija Scottie: un mundo psicoemocional que reflejaba su pasión por los cuentos de hadas, lo absurdo y el sentido de la belleza.

Falleció calcinada en 1948 en el incendio del hospital Highland, pero nos dejó sus dibujos para recordarla.


Zelda Fitzgerald

Zelda Fitzgerald
Hansel y Gretel Zelda Fitzgerald

Hansel y Gretel


Time square Zelda Fitzgerald

Times Square
Alicia en el país de las maravillas Zelda Fitzgerald
 Alicia en el país de las Maravillas


Por Julieta Sanguino

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La última obra de grandes artistas antes de quitarse la vida

Los artistas se caracterizan por ser seres pasionales, saben percibir aquellos a veces bellísimos y a veces doloros detalles de la vida que suelen pasar desapercibidos por el resto de la gente. Pero es tan fuerte la manera que tienen  de sentir, que sobrellevar el día a día se convierte en algo tan pesado que les impide hasta respirar en paz y, en numerosos casos, no han soportado las dificultades de la vida, por lo que se han visto orillados a terminar con ella. En sus últimas obras esconden un sombrío rastro de las razones de su muerte y los pensamientos más oscuros del creador, pues fueron hechas en el momento de mayor dificultad, a pesar de que algunas de ellas parezcan irónicamente inmersas en una profunda serenidad y paz.

A continuación, te presentamos algunas de las obras de grandes artistas antes de quitarse la vida.
Arshile Gorky
Agonía  Arshile Gorky
Agonía

Arshile Gorky fue un pintor expresioniosta abstracto, quien trabajó con figuras y colores simples para expresar profundos significados. En sus últimos años, Gorky sufrió una serie de eventos trágicos: en 1946 un incendio en su estudio acabó con sus más grandes obras maestras; posteriormente, su salud se deterioró y fue diagnosticado con cáncer, después se enteró de que su esposa Agnes tenía una aventura con otro pintor, se divorciaron y Agnes se llevó a sus dos hijas. Todos estos eventos dieron pie a obras legendarias que Gorky realizó en 1947, comoAgoníaEl arado y la canciónEl límite y el principio. Probablemente Agonía es el más interesante, pues la única manera de comprenderlo es a sabiendas del sufrimiento de su creador. Rara vez el pintor utilizaba el color rojo, pero en este cuadro podría representar el incendio de su estudio y el fin de su vida. En 1948, la saga de trágicos eventos en la vida de Gorky llegó a su clímax cuando tuvo un accidente automovilístico y se le rompió el cuello, inmovilizándole el brazo con el que pintaba. Al no poder trabajar ni seguir sobrellevando su insoportable realidad, se suicidó en su estudio un mes después.

Mark Rothko
Sin título (Black On Gray) Mark Rothko

Sin título (Black On Gray)
Mark Rothko es reconocido por sus famosas pinturas abstractas de colores vibrantes; la intensidad del color puede conmover  y provocar respuestas emocionales en el espectador. Rothko quería ser recordado como algo más que un colorista, y declaraba que “no estaba interesado en la relación de los colores, o formas, o cualquier otra cosa”. Conforme avanzó su vida, su obra se convirtió más sombría y envuelta en un ambiente de desolación, intentando cambiar la percepción que el público tenia de él. Su última serie de pinturas fue The Black Paintings, en la que la mayoría de las obras contenían únicamente rectángulos de color negro y gris divididos por una delgada franja blanca. Rothko admitió que esa serie era sobre la muerte, y después de la dura separación de su esposa, se suicidó en su estudio de Nueva York en 1970.


John William Godward
John William Godward Nu Sur La Plage

Nu Sur La Plage
John Godward siempre se distinguió por los maravillosos retratos de mujeres que realizaba, la minuciosidad con la que plasmaba las telas de sus vestidos era venerada en su época. Sin embargo, no era idolatrado por todo el mundo, muchos lo consideraban sobrevaluado, incluyendo su familia, quienes nunca apoyaron su carrera artística  y lo desconocieron, quemando y destruyendo todas las fotografías que dejaran algún rastro de su existencia. Justo en la época dorada de su carrera, Godward comenzó a sufrir deterioros en su salud y cada vez pintaba menos. Es por esto que Nu Sur La Plage es especialmente significativa, pues denota un cambio del estilo clásico de Godward de pomposos vestidos y pisos de mármol para plasmar a una bella mujer desnuda y apacible sobre la playa. En diciembre de 1922 se suicidó dejando una nota en la que expresaba que el mundo no era lo suficientemente grande para él y Picasso.

Nicolas De Stael

Nicolas De Stael Le Concert

Le Concert
Nicolas de Stael fue un pintor francés de arte abstracto,  produjo miles de pinturas y dibujos a lo largo de una carrera relativamente corta. En los últimos cinco meses de su vida realizó 147 obras, de las cuales, la última probablemente fue Blue Nude Lying, completada en 1955. En marzo de ese año, a la edad de 41 años, se suicidó saltando de un edificio en Antibes, dejando sin terminar su obra final: Le Concert.
Esta obra era la más ambiciosa que Stael hubiera tenido intenciones de llevar a cabo por sus grandes dimensiones (medía 6×3.5 m). Representa un piano y un bajo sobre un suelo tapizado de partituras, simbolizando a los dos únicos instrumentos que no son retirados del escenario cuando un concierto termina. De Stael se inspiró en un concierto al que asistió la noche anterior, trabajó arduamente durante todo el día siguiente hasta que la luz le hizo imposible seguir pintando y decidió terminar con su vida, dejando una nota que decía: “No tengo la fuerza suficiente para terminar mis pinturas”.

John Minton


                                                              La muerte de James Dean
La última obra de John Minton quedó incompleta cuando prefirió acabar con su vida en 1957. La pintura retrata a un hombre gravemente herido, rodeado de consternados espectadores. Un día antes de su muerte, Minton recibió la visita del artista Ruskin Spear en su estudio, quien le dijo que aquella figura moribunda se asemejaba al actor de Hollywood: James Dean, quien murió en un accidente automovilístico dos años antes, a la corta edad de 24 años.
Spear pensó que James Dean representaba el sufrimiento de las generaciones más jóvenes, con las que Minton se relacionaba fuertemente; sin embargo, no existe certeza de lo que el hombre moribundo significaba. Su suicidio se atribuye a una fuerte depresión y  la pérdida de confianza que experimentó cuando el arte abstracto ganó popularidad y su trabajo pasó a segundo plano. A pesar de que la obra está incompleta, hay quienes afirman que Minton no tuvo la intención de completarla en ningún momento, pues, como se lo comentó a un amigo suyo, temía que se volviera otra pintura más a la Johnny Milton.

Richard Gerstl
Richard Gerstl Autorretrato desnudo con paleta

Autorretrato desnudo con paleta

Richard Gerstl realizó sus mejores obras durante el tiempo en el que sostuvo una aventura amorosa con Mathilde, la esposa del famoso compositor Arnols Schoenberd. Durante su amorío, Gerstl hizo múltiples desnudos de él y de Mathilde, pero eventualmente se separaron y este evento determinó el terrible destino de Gerstl, quien se quitó la vida en noviembre de 1908 a la edad de 25 años, intentando apuñalarse a un costado; al fallar, se colgó frente a un espejo en su estudio. Su última pintura fue Autorretrato desnudo con paleta, terminado en septiembre de 1908, en el que se plasma a sí mismo delgado y pálido en un fondo azul con pinceladas gruesas y rápidas, que podrían demostrar el estado de enojo y agonía de su creador.


Vincent Van Gogh
Vincent Van Gogh Jardín de Daubigny

Jardín de Daubigny 

Equivocadamente se enuncia que Vacas en el prado fue la última creación de Van Gogh, pero el análisis de las últimas cartas del artista evidencian que Jardín de Daubigny fue en realidad su última pintura; en ésta retrata el jardín de Charles-François Daubigny, un íntimo amigo de Van Gogh y gran pintor. Este cuadro contrasta con la oscuridad de Vacas en el Prado, pues no refleja los conflictos mentales que sufría el artista en sus últimos días.
En la mañana del 27 de Julio de 1890, Van Gogh salió a pintar, llevando un cuchillo consigo. Intentó matarse apuñalándose el pecho, pero no murió en ese momento sino dos días después a la edad de 37 años. Debido a la falta de fama y éxito en vida del artista, su madre se vio obligada a tirar a la basura gran parte de su obra.