martes, 31 de marzo de 2015

Taller de manualidades en domingos peatonales

Disfruta de los nuevos espacios de ocio para los peatones

Los laterales de la Diagonal y Paseo de Gràcia permanecen cerrados cada domingo al acceso de los vehículos para convertirse en espacios pacificados para los peatones que amplían la zona de paseo y acogen actividades lúdicas, culturales y deportivas. A lo largo de estos tramos se instalan ocho puntos culturales, cinco deportivos y seis puntos de juego infantil, además de rutas guiadas, entre otros. Cada punto está debidamente señalizado y cuenta con monitores y personal de dinamización.
El objetivo de las actividades es facilitar la apropiación por parte de los barceloneses y barcelonesas de este nuevo espacio ganado temporalmente a los vehículos de motor, y consolidar el uso ciudadano de los nuevos espacios para el paseo , el descanso o el ocio.
Nosotros (Marabal Centre de Formació i Creació Artística) junto con la Fundació La Roda nos ocupamos del taller de manualidades en el punto infantil, aquí os dejo unas fotos de este primer domingo y de nuestra primera propuesta, las serpientes saca lenguas!!!!




Siguientes propuestas títeres de dedo y mascaras...


lunes, 30 de marzo de 2015

Estrena del documental “XIC 2014. Art comunitari, interculturalitat i patrimoni”

Dimarts 14 d'abril a les 19:30 h a la Sala Pina Bausch del Mercat de les Flors.

L'entrada és gratuïta i l’aforament de la sala és limitat.
Reserva la teva entrada aquí

Es tracta de la quarta edició de la Rua XIC, en el que la Fundació La Roda hi col·labora i que neix el 2011 amb l’objectiu de potenciar la xarxa i l’intercanvi al barri del Poble-sec mitjançant l’art, i que implica en la seva organització a una quinzena d’entitats. La primera edició va guanyar el primer premi d’Associacions de Barcelona 2011.
El documental acompanya a un grup de veïns i veïnes, entitats i organitzacions en el procés de construcció d’un espectacle sobre la convivència intercultural al Poble-sec i en el patrimoni arqueològic de Catalunya. Les creadores del documental han aconseguit transmetre l’esperit comunitari, empudegador i constructiu del projecte, entenent el procés de creació com una peça artística en ella mateixa.
Les persones que vau participar podreu veure-us a la gran pantalla i reviure els primers tallers, la creació de l'escenografia, els assajos al Museu d'Arqueologia i, sobretot, el gran dia de la Rua i l'espectacle! 

I les que no, coneixereu les persones, les idees i tots els passos d'aquesta aventura creativa i comunitària que va ser la 4a edició del XIC. 

jueves, 26 de marzo de 2015

Los libros de artista de Chillida: Una constelación estética





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Chillida y Heidegger: Die Kunst und der Raum. libro de artista

Los libros de artista de Chillida. Una constelación estética es un claro ejemplo de exposición  individual, en concreto una antológica de obras de un artista, Eduardo Chillida (1924-2002), sobre un aspecto y un tipo de soporte, como es el libro de artista, que utilizó con profusión desde el año 1956. De otro lado, también podría considerarse, por la aportación poética, ideológica y conceptual, que fue también una exposición colectiva, pues colaboraron en la génesis de cada uno de los libros poetas, escritores, filósofos y otros artistas. También es, atendiendo a la primera clasificación, una exposición de préstamo, pues hubo que recurrir a diferentes fondos de obra para completar la muestra. Sin embargo, asimismo, clasificaremos esta antológica como proyecto, pues pretende extender el conocimiento no solamente sobre la materia tratada, -el libro de artista-, sino también acerca de la trascendencia intelectual de un artista, Eduardo Chillida, a quien se le negó maliciosamente esa cualidad en alguna ocasión.



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Eduardo Chillida[et alli]. Aromas.

La exposición se celebró en la Biblioteca Nacional (Madrid) del 7 de marzo al 20 de mayo de 2007 a partir de una idea surgida en una exposición que el comisario de la misma vio en una galería de San Sebastián, donde se mostraron con singular elegancia algunos de los principales trabajos de Eduardo Chillida como autor de libros de artista. Fueron solamente doce las obras expuestas en esa ocasión, pero se atisbaba en aquella selección la importancia que Chillida concedió a esta forma de realización, que lejos de ser expresión menor de su arte, condensaba algunas de las mejores colaboraciones –en idea compartida o en homenaje- que el genial artista estampó con su hijo Ignacio en el taller Hatz de San Sebastián.
El libro de artista es una obra de arte, realizada en su mayor parte o en su totalidad por un artista plástico. Es una forma de expresión, simbiosis de múltiples posibles combinaciones de distintos lenguajes y sistemas de comunicación. No es fácil dar un concepto unívoco de libro de artista cuando hacemos referencia a un tipo específico de obras hechas por artistas en ediciones limitadas:
“(…) después de ver cientos y cientos de libros de artista he llegado a la conclusión de que lo de menos es la definición que se haga de esta especialidad que tiene la virtud de cumplir una de las máximas del arte total: la tendencia natural a integrar todas las artes a la búsqueda de un lenguaje universal que haga que el libro sea un objeto único, mágico y comprensible por cualquier lector de cualquier cultura y en cualquier lugar del mundo. He visto libros de todos los colores, de todas las dimensiones, en todos los formatos, con todas las técnicas. He visto libros con forma de mesilla de noche, de ladrillo, libros de cristal, de mermelada y hasta de nata. Me parece que la batalla por tratar de definir lo que es un libro de artista es una cruzada perdida. Cada artista tiene su idea y su concepto. Y a nosotros nos basta con decir que la capacidad de asombro no tiene límites (afortunadamente). Es cierto que algunos autores han pretendido decir que un libro de artista debe recordar en algo o en mucho al libro tradicional. Pero lo único que puedo decir es que hay que ver una convocatoria internacional de categoría para comprender que hasta esto, que parece elemental, salta por los aires al ver los libros expuestos. El abanico de lo que allí puede verse va desde los que, en efecto, recuerdan el libro tradicional, hasta convertir una cabaña de pescadores en libro de artista. Simplemente el libro tradicional sirve como excusa para, como siempre sucede, los creativos disparen su imaginación en las direcciones más diversas, sin freno ni control, a la búsqueda de la chispa de la genialidad que, como ya se sabe, no admite limitaciones, estructuras ni definiciones”.



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Eduardo Chillida y André Frénaud. Le Chemin des Devins, suivi de Ménerbes.1966.


Desde el punto de vista del creador, el concepto del “Libro de Artista” se puede definir como un soporte más, “como un lienzo para el pintor o como la piedra o el bronce para el escultor”, pero sus especiales características hacen de él un medio con unas posibilidades mucho más amplias: el juego con el tiempo, al poder pasar sus páginas, retroceder, desplegarlas y leer un discurso plástico en secuencias espacio-temporales; la posibilidad de unión entre la pintura, la escultura, la poesía experimental, las artes aplicadas, el libro de edición normal y los más diversos procedimientos artísticos y elementos plásticos tradicionales o innovadores como el CD o el video. Todas estas múltiples combinaciones proporcionan un sentido lúdico y participativo a la obra, porque el libro de artista se puede ver, tocar, oler, hojear, manipular y sentir.
En unos meses tomó cuerpo el proyecto de reunir por primera vez en un espacio museístico todos los libros de artista que realizó Chillida. Parecía lógico que el espacio propuesto para esta exposición fuera la Biblioteca Nacional de Madrid, la institución bibliotecaria superior del Estado y cabecera del Sistema Bibliotecario Español. Es el centro responsable de la identificación, preservación, conservación y difusión del patrimonio documental español como primer organismo estatal en materia bibliográfica.
El interés del proyecto radicaba en cuatro aspectos nodulares de la creación artística de Eduardo Chillida. En primer lugar, la importancia del autor como uno de los más grandes escultores de la segunda mitad del siglo XX. En segundo término, por el interés añadido de los diferentes aspectos tratados en la exposición. En tercer lugar, por la diversidad de las técnicas utilizadas en la factura de cada uno de los libros, tanto en sus formatos, materiales utilizados -como los exquisitos papeles de producción artesanal-, hasta las cajas-contenedores concebidos como auténticas recreaciones escultóricas chillidescas. En último término –y tal vez su aspecto más didáctico- la variedad y gran trascendencia de los creadores que colaboraron en la realización, como músicos, poetas, filósofos y escritores. Además, la multidireccionalidad de los asuntos tratados hacía especialmente atractivo este proyecto más allá de los aspectos ligados al mundo del libro de artista o el grabado.



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Chillida. Le poème de Parménide


En el desarrollo del proyecto nos encontramos, en su recorrido cronológico, la evolución completa en la diacronía y evolución icónica del artista. Desde el año 1969, los libros de Chillida, lejos de ser una creación secundaria en su producción, son aproximaciones a la materia escultórica que reflejan todos sus pasos en la evolución de su obra: aproximaciones, borradores e intentos sobre su materia de trabajo escultórico, desde los negros muy cerrados de libros como el Holzer o series como Beltza, a los más abiertos y diáfanos de obras como el tardío Parménides, donde detectamos el eco y la simpatía de sus alabastros.



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Eduardo Chillida. Beltza I. 1969.

En cuanto a las técnicas de estampación, esta exposición presentó también la evolución y uso de las diferentes técnicas tradicionales, como la xilografía, los diferentes tipos de grabados (aguafuerte, aguatinta, punta seca), serigrafías o gofrados.
La justificación ofrecida a la dirección de la Biblioteca Nacional en el dossier para su realización, destacaba su importancia por ser la más completa realizada nunca sobre la gráfica de Chillida, tanto en contenido como en evolución.
Se destacaba en la petición (la Biblioteca Nacional estaba en ese periodo de tiempo sufriendo profundas transformaciones en sus espacios expositivos) las ventajas operativas de la exposición: por su versatilidad y amplitud, que permitía, en función del espacio expositivo asignado, adaptarse al tamaño de la sala, siempre respetando un núcleo mínimo de los libros más representativos.
Desde un punto de vista intelectual, se destacó, como factor determinante para la realización del proyecto (y a diferencia de otros libros de artista en los que se mezcla en la realización del mismo a artistas plásticos con escritores por la sola conveniencia del editor o la oportunidad del tema) que la colaboración fue requerida, en algunos casos, por los diferentes autores, como por ejemplo en el caso de Heidegger, quien prefirió a Chillida antes que a Henry Moore o Giacometti, para que plasmara sus pensamientos estéticos, El arte y el espacio. En otros casos es el artista quien devuelve las influencias recibidas, como en el homenaje que Chillida rindió a Parménides o a J.S.Bach.



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Chillida y Heidegger: Die Kunst und der Raum. libro de artista

La importancia del libro de artista en la creación de Eduardo Chillida no es un elemento menor en su producción, pues condensa su condición creadora, resume y aproxima a su obra tridimensional por la cual es más conocido.
Una vez aprobado el proyecto de exposición y a tres meses de la fecha de inauguración, los problemas que surgieron alrededor del montaje estaban relacionados con aspectos técnicos y logísticos que a continuación trataremos de manera pormenorizada.

martes, 17 de marzo de 2015

Collage: el arte de unir trozos

Cuando hace más de 100 años Braque y Picasso inauguraron el collage como técnica artística modificaron para siempre la forma de hacer y concebir el arte. Lo cierto es que este procedimiento de disponer y pegar trozos de papel, fotografía, tela u otros objetos no fue un invento propiamente del siglo XX. Pero sí fue en este siglo donde se desarrolló como técnica y acabó resultando casi una ideología. ¿Por qué tuvo tanta repercusión en el arte de las vanguardias?
Los clásicos ya manejaban métodos parecidos, como tapar con papel aquella parte del lienzo que no les convencía. También, se conocen antecedentes en el arte japonés del siglo XIV, en lemas tribales africanos o en el arte popular alemán. Sin embargo, la propuesta de los cubistas fue revolucionaria en la medida en que el artista elegía deliberadamente incorporar elementos no pictóricos en las composiciones. Los objetos adquirían un nuevo significado al asociarse con otros y la obra, un valor tridimensional. La perspectiva del Renacimiento se invertía y el cuadro pasaba del plano al mundo real, tangible. Además, rompían con los materiales típicos y costosos, utilizando papel de periódico o latón para sus creaciones.
La botella de anís. 1914. Juan Gris
La botella de anís. 1914. Juan Gris

La mayoría de los cubistas pronto apadrinaron el collage. Fue el caso de Juan Gris que potenció sus virtudes aplicando su método deductivo. De hecho, la nueva técnica tuvo una acogida aplastante y rápidamente su uso se extendió por toda Europa, ofreciendo nuevas interpretaciones.
En Italia, los futuristas lo emplearon con un claro acento político para manifestarse a favor de la guerra. Al igual que muchos artistas rusos, entre los que destacan los constructivistas El Lissitzky y Aleksandr Ródchenko.
Carga de las lanzas. 1915. Umberto Boccioni
Carga de las lanzas. 1915. Umberto Boccioni

La época dorada del collage llegó con el dadaísmo. En su ataque a la racionalidad, los artistas dadaístas abrazaron la casualidad, el accidente y la improvisación y encontraron en las formas del collage, el ensamblaje y los fotomontajes las herramientas para materializar su protesta. Usando recortes de revistas, periódicos y de otros medios de comunicación impresos arremetían contra lo convencional mediante la distorsión de sus propias imágenes. Ejemplo de ello son los extraordinarios Merz de Kurt Schwitters, los trabajos de Jean Arp, Johannes Theodor Baargeld y George Grosz, entre otros.
Igualmente, por estas fechas, Marcel Duchamp revolucionaba la concepción del arte con su controvertidarevalorización del objeto y aumentaba así su trascendencia. Concepto que recogería el movimiento pop. Elsurrealismo, más alejado del interés social y político e inspirándose en el inconsciente, siguió explotando las posibilidades del collage pegando imágenes de manera aleatoria y construyendo de este modo una nueva poesía visual.
Lío vertical típico como representación de Dadá Baargeld. 1920. Johannes Theodor Baargeld
Lío vertical típico como representación de Dadá Baargeld. 1920. Johannes Theodor Baargeld

Terminada la Segunda Guerra Mundial, muchos artistas europeos, como Jean Dubuffet, Jean Fautrier o Antoni Tàpies, optaron por trabajar el collage con materiales rudimentarios para expresar la Europa devastada que había quedado. Al otro lado del Atlántico, los norteamericanos también experimentaban los nuevos caminos del arte uniendo, rasgando o superponiendo elementos.
En definitiva, a finales de la década de los cincuenta, el collage ya se había convertido en la técnica que mejor permitía al artista cuestionar el arte tradicional y en una herramienta de cambio imprescindible para uno de los momentos más convulsos de nuestra era.
Visita el catálogo de collage de Artelista, ¡hay miles de obras para inspirarte!

jueves, 12 de marzo de 2015

La arteterapia, una vía creativa para resolver dificultades emocionales


¿Qué es la arterapia?

Lápices de colores, pinceles y música, son algunas de las herramientas que emplean los arteterapeutas para ayudar a los pacientes. La finalidad, llegar al inconsciente de una manera creativa. El beneficio, aflorar y transformar conflictos que dificultan el desarrollo de la persona.
Miguel Izuel, arteterapeuta y presidente de Grefart (Asociación Profesional de Arteterapeutas) explica por qué un dibujo, una danza o una canción abren las puertas a vivencias de integración emocional de una manera tan sutil como directa: "las producciones realizadas a partir de medios artísticos y sin prefijar objetivos, permiten convocar nuestras capacidades creadoras. Reabren el diálogo con un mundo que nos constituye y lo que muchas veces no somos conocedores".
Actualmente, la arteterapia está reconocida como profesión en varios países y se encuentra integrada -desde la década de los 70- a los sistemas de salud, educativo, social y comunitario. Estados Unidos e Inglaterra son líderes en la implantación de la arteterapia en la escuela pública, donde se aplica en paralelo al programa educativo y al sistema de salud. Centros públicos y privados utilizan el art therapy como refuerzo emocional de los alumnos y en las dificultades de aprendizaje y rendimiento. Pero no ha sido sólo el campo de la educación lo que ha dado dimensión social a la arteterapia.
Las diferentes aplicaciones en el inagotable campo infanto-juvenil, la han posicionado como una alternativa sólida a la terapia tradicional. "La arteterapia es una potente vía de apertura al cambio. Facilita la exploración de nuestros límites, recursos, necesidades, etc., de nuestras dinámicas de relaciones con el mundo; impulsa el desarrollo formas de interacción singulares, propias, que se integren y den sentido a nuestra experiencia subjetiva de la vida", explica el arteterapeuta y doctora en Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, María del Río Diéguez.
Francia, Canadá, Suiza o Israel son otros países donde la arteterapia se ha consolidado y forma parte del tejido social. Tanto en el ámbito público como privado. Pero, ¿por qué no en nuestro país, a pesar de ser una formación universitaria desde 1999? Alicia Expósito, coordinadora del Máster Integrativo en Arteterapia de la Universidad de Girona, intenta encontrar razones:
"Las estructuras y el reconocimiento de una nueva profesión llevan tiempo. Somos los arteterapeutas, trabajando cuidadosamente y demostrando los beneficios de la arteterapia, la solidez de las formaciones universitarias de máster y la consolidación de la colaboración con administraciones públicas y entidades privadas, las que harán que nuestra profesión arraigue y sea reconocida".  

¿Cómo funciona la arteterapia?

Autismo, trastornos alimentarios, alteraciones conductuales y adolescencia, adicciones, adopciones o enfermedades mentales, también forman parte de la larga lista de dificultades infantiles y juveniles a las que se puede hacer frente con la arteterapia. ¿Sólo haciendo garabatos?
"Pintamos, dramatizamos, escribimos, cantamos, danzamos, creamos historias y personajes en un territorio fértil para los deseos y la imaginación. No sólo para las dificultades sino para su resolución creativa. ¿Garabatos? También, son expresión de emociones. Un garabato es universal porque es singular e irrepetible. La persona que hace arteterapia se entrega a una búsqueda cuidadosa, en confianza, de lo desconocido de sí mismo que pide ser atendido y escuchado", explica Izuel.

La arteterapia en el Hospital Sant Joan de Déu

En el Hospital Sant Joan de Déu, uno de los hospitales pediátricos de referencia de España y de Europa, ya hace años que ofrece el servicio de arteterapia a los niños que padecen cáncer y afecciones neurológicas.
Los niños que desarrollan una enfermedad a edades tempranas sufren un gran impacto psicológico, que es conveniente asimilar y trabajar, y por este motivo es importante que el niño reciba una atención complementaria basada en una serie de estímulos artísticos y expresivos con los que podrá exteriorizar emociones, sentimientos y pensamientos con la ayuda del arteterapeuta.
Los objetivos que pretende alcanzar la arteterapia con los niños ingresados son:
  • Potenciar el desarrollo de la subjetividad y la identidad del niño o del adolescente en formación, fomentando su capacidad de elegir, su autonomía, su autoridad y deseo.
  • Despertar las posibilidades y los recursos más sanos del niño como sujeto. Disminuir el sufrimiento psicológico del niño/adolescente y aumentar el grado bienestar y calidad de vida.
  • Acompañar y apoyar al niño en su proceso de afrontamiento a la enfermedad, mejora y recuperación, favoreciendo que pueda elaborar la situación que atraviesa.
  • Dar forma a los deseos más profundos del niño/adolescente.
  • Activar la vitalidad en el cuerpo del niño que puede estar desvitalizado por los efectos de los tratamientos y es vulnerable a infecciones virales a través del disfrute, la creatividad, y el juego.
  • Potenciar una actitud creadora y activa en el niño y en el adolescente hacia el propio proceso de curación.

Para saber más

¿Dónde nos podemos dirigir si nos interesa saber más sobre la arteterapia?
Grefart, la Asociación Profesional de Arteterapeutas y la FEAPA (Federación Española de Asociaciones profesionales de Arteteràpia), se encargan de difundir y explicar el marco y los beneficios de esta disciplina.
Grefart, formada por cerca de sesenta profesionales, es en estos momentos una de las asociaciones más activas al respecto. Es por eso que desde hace 7 años organiza las Jornadas de arteterapia. La intención, hacer llegar las aportaciones de esta disciplina a los profesionales de la salud, la educación y el trabajo social y comunitario al público en general.
Este año el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) acogerá las Jornadas del próximo 8 y 9 de mayo. Para más información puedes consultar la web http://www.jornades-artterapia.org
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martes, 3 de marzo de 2015

10 autorretratos de maestros de la fotografía

Toda moda, por pasajera que sea, tiene unos orígenes más o menos remotos, y el selfie -con o sin palo- no deja de ser un tipo de autorretrato. Grandes fotógrafos han cultivado el género con puntos de vista muy diversos: desde la creatividad artística de Man Ray hasta la documentación de la propia vida llena de excesos de Antoine D'Agata. Dejando de lado el ego que desprenden los dichosos selfies, estas fotos se centran más en la psique y la historia que hay detrás de sus autores que en su mera presencia.
1
Man Ray
Foto: Man Ray
Artista experimental por excelencia de las vanguardias del pasado siglo, Man Ray es conocido principalmente por su aportación a la fotografía surrealista (aunque él se consideró esencialmente pintor). Entre sus muchas aportaciones destacan las solarizaciones, que también aplicó al género del retrato.
Man Ray disfrutaba y se divertía fotografiando. Es precisamente en el autorretrato donde más explotó su carácter bromista, siempre dispuesto a jugar ante la cámara, presto a caricaturizarse sin miedo alguno al ridículo. Incluso algunas de sus series recuerdan las poses de los selfiesque hoy día se han popularizado tanto en las redes sociales.
Para ello el artista de Filadelfia dio un doble sentido a este autorretrato, en el que parece tomarse muy en serio el hecho de reírse de sí mismo. Con media cara afeitada y el semblante circunspecto y grave, el espectador no sabe bien a qué atenerse ante la imagen del artista, aunque su filiación dadaísta nos da algunas claves para su interpretación.
2
Alberto García-Alix
Foto: Alberto García-Alix
Ha comentado que se fotografía para conocerse, para enfrentar sus miedos interiores y exteriores. Y es precisamente gracias a este género -del que es uno de los autores más prolíficos- que Alberto García-Alix ha conseguido profundizar más en su propia personalidad.
La honestidad con la que este leonés se enfrenta a su propio universo, a sus miedos, debilidades y excesos se traslada íntegra a sus fotografías. Su gran virtud es exponer en igualdad de condiciones cada detalle de la vida que transita, desde lo cotidiano de un condón acabado de usar hasta un faro que ilumina las sombras en mitad de la noche; desde una herida en su rosto hasta su chupa llena de parches.
Así, su repertorio de autorretratos se ve enriquecido no solo por su persona (se fotografía sin pudor acompañado de sus amantes, chutándose o completamente desnudo), sino también por su entorno más inmediato de amistades, objetos y espacios. García-Alix utiliza ese haz de luz sobre su ojo para romper la oscuridad dominante en el resto de la imagen. Ese lenguaje visual conjuga a la perfección con la seguridad que transmite su mirada y la desconfianza con que parece escrutar al espectador.
3
Nan Goldin
Foto: Nan Goldin
La idea de utilizar la fotografía para documentar la intensa vida de la cultura underground de los años 80 en Estados Unidos tuvo en Nan Goldin un referente de primer orden. Proveniente de la comunidad homosexual de Boston, a finales de los 70 se instaló en el Bowery neoyorquino, donde continuó fotografiando a sus amigos a la vez que se introdujo en la escena pospunk.
Goldin documentó un universo que le era propio y en el que ella era tan protagonista como sus amigos y amantes, con los que mantenía relaciones de dependencia, violencia y excesos.
Bajo este prisma cabe mirar este retrato, en el que la fotógrafa se muestra después de haber sido agredida. El foco que la ilumina frontalmente y que elimina de su cara la luz ambiente de la habitación y el semblante serio pero sereno son todo un alarde de sinceridad documental. Goldin no se presenta como una víctima, sino que muestra con entereza una consecuencia de la vida que ha decidido llevar.
4
Lee Friedlander
Foto: Lee Friedlander
Aclamado por su aportación a la street photography, los autorretratos juegan un papel capital en la obra de Lee Friedlander. De hecho la sintonía entre ambos géneros es tal, que resulta casi imposible disociarlos.
En sus composiciones cargadas y difíciles, con un gran dominio de la superposición de elementos y planos, de reflejos y siluetas, Friedlander demuestra que es capaz de controlar la escena urbana con maestría. Y aplica esa genialidad a los autorretratos. Lo mismo le da mostrarse como una sombra proyectada en la espalda de un personaje que pasea por la calle que meterse en la maraña de un arbusto para hacerse un retrato al más puro estilo selfie o interponer una bombilla encendida entre su rostro y la cámara.
O hacer una fotografía de un doble reflejo suyo a través de un escaparate y un espejo colocado en su interior, como en este caso. Es así como le vemos con la cámara encima y con un rostro poco nítido (por la yuxtaposición de los reflejos del espejo, el cristal del escaparate y su interior) encajado en una escena de calle, con ventanas y retratos enmarcados. Una composición inquietante y compleja.
5
Vivian Maier
Foto: Vivian Maier
La historia de la niñera fotógrafa es ya archiconocida en el mundo de la fotografía. Y tras la nominación al Óscar de John Maloof (descubridor casual de este valioso legado) por su documental “Finding Vivian Maier”, ha dejado de ser una desconocida también entre los profanos en la materia.
Y resulta que Vivian Maier, además de tener un don especial para fotografiar la calle, sus escenas y sus personajes, también se regalaba el protagonismo en muchos de sus retratos. Las similitudes con Diane Arbus, Lee Friedlander y Garry Winogrand son tan evidentes que por fuerza debió conocer bien su obra.
Aunque en ocasiones retratara su sombra en el suelo o frente a multitud de escaparates, lo suyo eran los reflejos en espejos. Cuantos más, mejor. En esta foto Maier aparece entre dos grandes espejos circulares enfrentados, lo que proyecta su imagen y la de su cámara -que casi siempre sale en sus autorretratos- hasta el infinito. Si bien la complejidad formal que Maier ha aportado al género está a la altura de la obra de Friedlander, resulta muy complicado escrutar la psique de la autora, que parece tener la misma expresión y querer decir siempre lo mismo.
6
Helmut Newton
Foto: Helmut Newton
Tacones altos, figuras esbeltas, pechos al descubierto… y el fotógrafo. Los tres primeros componentes (junto a unas composiciones sobrias en estudio e informales en exteriores) forman una de las bases de la fotografía de moda de Helmut Newton. El último factor lo explotó en pocas instantáneas.
Newton se disputa con Annie Leibovitz y Richard Avedon el prestigio de ser el fotógrafo de moda más influyente de la historia. Pero a diferencia de Leibovitz, el australiano contextualizaba a sus modelos sin gran parafernalia ni retoques. Una modelo, una pose femenina, una actitud dominante cargada de suficiencia y una luz generalmente dura -sobre todo en exteriores- le bastaban. El resto solían ser calles vacías, azoteas, habitaciones con grandes ventanales que hacían las veces de estudio.
Y un fondo blanco. Como en este retrato con reminiscencias de pintura titulado “Autorretrato con esposa y modelos”, donde Newton aparece a la manera de Velázquez en sus Meninas: reflejado mientras trabaja en su obra. Añade además a su propia esposa -que mira la escena con cierto tedio- las piernas de una segunda modelo reflejadas en el espejo, y cede el protagonismo de la imagen a la modelo que retrata de espaldas y de frente.
7
Martin Parr
Foto: Martin Parr (Magnum Photos)
En su obra Martin Parr cuenta con una serie de autorretratos que le sirven para teorizar con socarronería en torno al souvenir y la propia imagen. El de Magnum Photos, cuya parte de su trabajo marcadamente sociológico gira alrededor del ocio y el tiempo libre, ha trabajado en los últimos años en el fenómeno del selfie desde dos vertientes. Por un lado, en fotografías de acción al más puro estilo street photography, poniendo de manifiesto que el famoso “yo estuve allí”, la constatación de la presencia, es más importante que la propia experiencia.
En la otra vertiente es donde encaja este autorretrato. Parr se coloca delante de la cámara y se convierte en una de esas personas cuyo objetivo con la fotografía parece ser una estantería adornada con dudoso gusto. Lo curioso de estos autorretratos es que la mayoría están hechos por fotógrafos locales, con una estética descaradamente kitsch que no deja de ser el estilo original de esos retratistas.
Así pues, ¿por qué considerarlo un autorretrato? La respuesta está en el conjunto de la obra, dirigida por el británico y de la que obviamente controla el resultado final. Su libro “Martin Parr. Autoportrait” está lleno de este tipo de imágenes.
8
Joan Fontcuberta
Foto: Joan Fontcuberta
El discurso sobre la veracidad del medio y la construcción fotográfica de Joan Fontcuberta es de sobras conocido. Es además la base de la mayoría de sus proyectos y ensayos fotográficos. La idea que el autor catalán expone con este autorretrato (del que ya habló hace tiempo para Quesabesde) tiene que ver precisamente con la facilidad de manipular la realidad a través de la imagen.
Conviene tener presente toda la serie a la que pertenece esta foto. Con la caída de la Unión Soviética y la desclasificación de cientos de documentos de la carrera espacial, Fontcuberta creó una historia ficticia basándose en una serie de documentos gráficos reales. Añadió a estas fotografías su propia imagen, caracterizado como Ivan Istochnikov -nombre de su álter ego, que resulta de la traducción directa de su nombre al ruso-, coronel del Ejército Rojo y supuesto tripulante de las naves Soyuz 2 y 3.
El giro radica en que el autor presenta las fotografías retocadas como las verídicas, y viceversa. De esta forma pretende desenmascarar una versión oficial del gobierno de aires rocambolescos, con un astronauta desaparecido, familiares deportados a Siberia y amigos silenciados de por medio.
El retrato resulta ser en realidad un autorretrato en el que Fontcuberta se disfraza de cosmonauta soviético. Una fotografía real pero no veraz. Con todo, esta historia logró colarse en el popular programa de televisión “Cuarto Milenio”. Iker Jiménez la presentó como verídica, lo que demostró que la fotografía es un instrumento para la verdad solo si se usa con ese fin.
9
Antoine D'Agata
Foto: Antoine D'Agata (Magnum Photos)
Fue en una entrevista concedida a Quesabesde cuando Antoine d'Agata afirmó que de no ser por la fotografía estaría ya muerto. Esta frase resume muy bien la capacidad terapéutica que esta disciplina tiene para el fotógrafo de Magnum Photos, que como Alberto García-Alix la utiliza para documentar un mundo –el suyo propio- en el que las drogas y el sexo están muy presentes. Pero las similitudes acaban aquí.
D'Agata parece indagar más en la psique humana, en los estados mentales que producen el amor, el deseo, las drogas, la violencia, la enfermedad, la cercanía con la muerte. Con un uso magistral de las atmósferas parece captar un universo de decadencia y autodestrucción, si bien él afirma que ve belleza en todo aquello que fotografía.
Con un lenguaje visual altamente onírico y de gran honestidad -obligada y de oficio-, el francés documenta su averno personal al situarse delante de la cámara. Mientras delira por el efecto de la droga o cuando mantiene relaciones sexuales, la imagen que D'Agata ofrece de sí mismo es un misterio causado por las exposiciones largas y el movimiento. El espectador debe interpretar el significado no solo desde el lado formal de sus autorretratos, sino también con su propiobackground y estado de ánimo.
10
Richard Avedon
Foto: Richard Avedon
Excelente fotógrafo de moda y mejor retratista, Richard Avedon se ha situado frente a la cámara en más de una ocasión. En ambos géneros su carrera evolucionó desde imágenes más espontáneas al inicio, para poco a poco ir ganando un mayor control de la escena. En cualquier caso, desde el principio el de Nueva York se preocupó por resaltar alguna emoción en los personajes a los que retrataba.
Uno de sus trabajos más celebrados es “In the American West”, en el que retrata a gente común del oeste de Estados Unidos, la mayoría con su indumentaria de trabajo y con el mismo fondo blanco con el que fotografió a personalidades de la cultura como el escritor Truman Capote, el cantante Bob Dylan o el fotógrafo Lee Friedlander.
En este autorretrato usa el mismo fondo blanco, equiparándose a todos sus personajes. También el plano y la iluminación son parecidos, y aunque también enfrenta la cámara de forma frontal, su mirada dura y el gesto de las manos con un movimiento como para acicalarse el pelo recuerdan más la actitud ante una fotografía de moda.