“Todo en el Universo tiene ritmo. todo danza.” Maya Angelou
La danza ha acompañado a la humanidad desde que los primeros habitantes del planeta tuvieron la necesidad de expresar con su cuerpo su relación con las fuerzas del universo, en las danzas rituales por ejemplo el cuerpo cumple con una función mística a partir del movimiento.
El cuerpo habla con su propio lenguaje, generando una interacción social a través de las extremidades, pero durante la danza esa pasión se desborda rompiendo los límites, abandona el cuerpo y llega hasta el alma del espectador. La danza es elegancia, libertad, la búsqueda constante de la sincronía y el equilibrio que nos permita relacionarnos con nuestra más íntima naturaleza expresiva.
Los bailarines en el escenario se transforman en misterios, personajes fuera del mundo terrenal que parecen elevarse en el aire rozando la música con sus pies y manos, la pasión y la técnica expresan lo que las palabras no consiguen decir, es por ello un arte que comunica. Bailar es disfrutar ser uno mismo, gozar la presencia y el movimiento siendo conscientes de que somos más que un cuerpo. Durante ese instante tú eres la danza, tú eres la música.
Cuando la danza se convierte en la musa de inspiración para los artistas visuales, sus pinceles y pasteles plasman la efímera e inmaterial esencia de un arte escénica en lienzos y fotografías. Los artistas que se presentan a continuación son conocidos en la historia del arte por haber creado obras de arte en las que se fusiona el movimiento puro con la inmortalización del instante.
Edgar Degas
Degas es considerado uno de los padres del impresionismo por el manejo de la luz en sus obras, aunque él se definía como un realista que plasmaba las costumbres y pasatiempos de la vida parisina. Así conoció el ballet, por ser la disciplina artística que las mujeres de su sociedad practicaban casi como tradición desde su florecimiento en la corte de Francia durante el reinado de Luis XIV. Degas, cautivado por este mundo de disciplina, zapatillas y salones de espejos, plasmó la delicadeza del ballet con sus colores pasteles; todo el universo de esta danza clásica está presente en su obra pictórica y escultórica, desde los ensayos hasta la magia de estar en el escenario.
Henri de Toulouse- Lautrec
Su trabajo en las artes visuales nació de la observación en los burdeles y tabernas de la vida nocturna en París durante el siglo XIX. Toulouse- Lautrec convivió con las bailarinas de can can del popular “Moulin Rouge”, donde retrató también a las estrellas de los espectáculos de cabaret en los carteles que anunciaban la vida bohemia de cada noche. Su estética posimpresionista captura la sensualidad y lo prohibido de las danzas de cabaret.
Auguste Rodin
El dibujante es su faceta menos conocida y explorada del famoso escultor quien después de sus sesenta años realizaba al menos un dibujo al día concentrándose en los estudios de representación del movimiento en la silueta expresiva de sus trazos. Su estética retomaba las formas primitivas con acuarelas y tinta, su inspiración fue la danzas y la cultura oriental a raíz de que conoció a la bailarina japonesa Hanako, quien fue su modelo durante muchos años. Pero sobre todo, su creación cambió después de que observó a un grupo de bailarinas camboyanas, hecho que a sus ojos resultó místico y de un expresionismo único y visceral.
Gino Severini
Severini fue un pintor italiano, al ser un pilar del futurismo le apasionaba la búsqueda de la belleza en la velocidad. Los movimientos de las bailarinas se convirtieron en una de sus fuentes de inspiración por la fuerza que desbordaba cada uno de sus movimientos, la energía del baile y la turbulencia que dejaban a su paso. En sus obras es notoria la influencia de la abstracción cubista de las formas para expresar los compases y el ritmo de la danza. Su interés por el mundo del movimiento, el teatro y la vida nocturna quedaron plasmados en obras como “Bailarina en azul”, un óleo sobre tela al que agregó lentejuelas, pues la pintura ya no bastaba para representar el brillo y la intensidad de la dinámica propia de una bailarina.
Pablo Picasso
El máximo representante del cubismo también se dejó seducir por la danza, pero no lo hizo de forma realista sino como una metáfora para la pasión desmedida en la obra Las tres bailarinas, que muchos historiadores del arte aseguran que es una referencia al triángulo amoroso que Picasso descubrió entre su esposa, la bailarina rusa Olga Koklova, un pintor amigo del cubista y el propio pintor. Otra versión afirma que en Las bailarinas, Picasso retrató los monstruos femeninos que terminan con la libertad de los hombres.
Pierre Elie de Pibrac
A través de sus series fotográficas, este artista francés contempla el universo de la danza desde diferentes perspectivas. En su serie: Catarsis, captura la energía que los bailarines contagian en los espacios donde se desenvuelven, revela con una imagen los colores de las emociones y sentimientos que la danza libera en el escenario, lo que no es visible normalmente ante la cámara y el público, y derrama esa fuerza que asemeja un aura, el aura de danzar.
Pierre Elie de Pibrac explora el poder del ballet con ángulos diferentes, aprovechando las posibilidades que la fotografía otorga a su genio creativo. En Analogia abordó la relación entre los bailarines y los espacios donde se desenvuelven, enfatizando la belleza de las construcciones como el escenario de la danza más allá del telón. La fragilidad de los danzantes es puesta en duda al observarlos desafiar e invadir la arquitectura y los interiores del teatro, como presencias congeladas en el tiempo.
Su lente nos da acceso también al mundo que se esconde tras bambalinas, los camerinos donde la transformación late en cada uno de los personajes. Durante un año se dedicó a fotografiar los ensayos del Ballet de la Ópera de París para crear la serie Confidences, testigo del dolor, la fuerza y la disciplina que exige dominar el cuerpo y la mente.
Anna Razumovskaya
Es una artista rusa representante del romanticismo pictórico en el arte contemporáneo, la expresividad del color en su pintura transmite los gestos y posturas del flamenco con la intensidad de una de las danzas más provocativas y dominantes. Sus obras exaltan la sensualidad del carácter y el ritmo de las bailarinas, su trabajo es una poesía de pinceladas cálidas en atmósferas borrosas del momento preciso en el que el resto del mundo desaparece y sólo existen la música y el alma en movimiento.
Heather Hansen
La danza protagoniza el lienzo de esta artista contemporánea cuyo trabajo plasma el movimiento puro, la expresión del cuerpo desde la intimidad. Hansen se relaciona con el ritmo del baile a través de performances en los que la creación ocurre mientras baila con carboncillos en sus pies y manos, mientras el compás de sus movimientos queda registrado en una tela de grandes dimensiones, convirtiéndolo en el lienzo de su propia presencia, el registro de ella misma. Heather Hansen ha logrado dibujar la danza.
Las artes son la máxima expresión del ser humano. Pintura, escultura, danza, literatura, música… todas conviven y se relacionan para liberar nuestro espíritu en una multitud de formas, colores y armonías. La danza es el diálogo del cuerpo que se materializa en pinturas, esculturas y fotografías sin perder la esencia de ser un arte que se mide en segundos y latidos del alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario